domingo, 1 de abril de 2012

Queriéndome

Durante 14 años tuve que defenderme, demostrar, explicar……. Tuve que hacer mil cosas por el simple hecho de que la persona con la que estaba ni me creía, ni confiaba, ni me escuchaba. Hubo otras muchas cosas que en este momento no vienen al caso. Sin embargo ese abuso de explicaciones, ese abuso de demostraciones fueron minando mi autoestima, mi moral.

Acabar con esa relación, no significaba solo divorciarme, traía consigo un cambio de actitud, saber protegerme, quererme y valorarme.

Durante nueve años, es eso exactamente lo que he estado haciendo. Me he querido y me quiero, me valoro y me respeto pero también me protejo.

Mi forma de protegerme es quizás curiosa, quizás hasta absurda. Quizás por ese exceso de “comunicación innecesaria” que hablaba al principio huyo de situaciones en que las explicaciones no se entienden, en que las palabras no se creen y en que no confían en mí.

La vida es complicada y nos coloca en ese tipo de situaciones aún cuando queremos evitarlas y una y otra vez te ves en medio teniendo que poner a prueba hasta que punto te respetas.

La más dolorosa que he vivido ha sido cuando durante años el padre de mis hijos y su esposa han intentado de mil maneras poner a mis hijos, sobre todo al mayor, en mi contra. Palabras llenas de mentiras y más mentiras que me hacían imposible rebatir, porque si entraba en ese juego quienes sufrían un daño emocional serían mis hijos. Callar una y otra vez y llorar con la almohada. Llegue incluso a decir a mi hijo que si no confiaba en mi, si no me creía podía irse a vivir son su padre cuando quisiera que no me enfadaría ni se lo reprocharía, evidentemente lo hice con la boca chica, evidentemente me llenaba de pena solo imaginarlo.

Ha habido otras, con amigas o personas que decían serlo. No, no entré al trapo en desmentidos ni demostraciones. Hace un par de años en el trabajo, una compañera que no sabe serlo, mentirosa, lianta, envidiosa que no solo atacaba sino que ponía a personas en mi contra, entre ellas a la directora. No, tampoco entré al trapo entonces.

He perdido gente por el camino, pero quizás la gente que se va es simplemente porque no debía estar. Lo importante es que si es cierto que la vida pone a cada uno en su lugar. Y si, lo ha hecho cuando ya mi hijo no cree ni una sola palabra de su padre, lo ha hecho cuando las amigas de las que tuve que separarme hace nueve años volvieron a mí con más cariño que nunca, lo ha hecho cuando recuperé una amistad metida en dimes y diretes falsos y la confianza y el apoyo entre nosotras es fuerte y sincero. Y esta semana lo ha vuelto a hacer, lo ha hecho cuando tras un enorme y serio problema en el trabajo la directora y los compañeros han confiado en mí, sin preguntas, sin recelos, sabiendo quien soy y como soy.

Estos días no ha habido una, sino dos situaciones que me han hecho daño, pero hoy me siento bien, va desapareciendo el nudo de pena que entra cuando estás en esas situaciones que no puedes controlar. Ese nudo que no te deja apenas hacer nada, y es que como dice mi amiga, mejor la rabia que la pena. Con la rabia puedes hacer una limpieza general, planchar montañas de ropa en minutos, pero con la pena no. Pero va despareciendo porque la gente que me quiere, las personas que confían en mí, mis amigas están ahí. Recibo el apoyo y el cariño las 24 horas, un te deseo un buen día muy temprano que sabes te lo dicen de corazón, un cariño especial que hace que te des cuenta de que todo lo malo trae algo bueno, de que no estás sola, que te quieren y sobre todo que no tienes que explicar nada, porque con los hechos sobran las explicaciones.

Hoy doy gracias a la vida por hacerme tan feliz, por ser como soy, porque sigo queriendome y porque para que vea el sol solo tengo que subir la persiana.


14 comentarios:

  1. Querernos y valorarnos parece, a veces, una tarea complicada, y choca cuando ves por ahí a personas que, quizás, se quieran demasiado para contemplar la necesidad de aprender a querer a otros.

    Es cierto, el tiempo pone a la gente en su sitio, y te diría más, a todo cerdo le llega su San Martín. Yo te aseguro que no merece la pena espera para ver que eso sucede.

    No estamos para peder el tiempo con algo tan poco reconfortante. Cuando llegue, te enterarás, mientras, a seguir adelante, a dejar que el sol te llene de luz y calor y a seguir amándonos y amando, que no hay nada más satisfactorio.

    Con todo el cariño del mundo, un abrazo y una feliz "cuenta atrás". Eres grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No jirafa, cuando me refiero a que la vida pone a cada uno en su lugar me refería a mi. No espero ningún San martín, entre otras cosas porque vivir pendiente de eso me haría daño ,ser rencorosa, odiar.... no deseo ningún mal al padre de mis hijos, ni que a mi "compañera" le hagan el vacío, ni nada por el estilo, ni a ellos ni al resto de personas que me hagan algún daño, es inevitable y se que seguirán apareciendo situaciones y personas que me dañen.

      Creo que cuando una persona decide ser como es lo hace porque eso le hace feliz, o le trae algún disfrute, y yo soy como soy porque eso me hace feliz.

      La vida me va colocando donde debo estar, lo hace y con eso me basta. Sigo queriéndome.

      ¿me quedan 3? jajjajaj.

      besotes y muchísimas gracias linda.

      Eliminar
  2. Hola preciosa, ya sabes que te admiro cada día más, por ser todo un ejemplo de mujer y persona. Te quiero.

    ResponderEliminar
  3. Pepa tesoro ¿tu por aquí?, eso si que es una alegría. Gracias bonita, no, no soy ejemplo de nada , pero es que tu me quieres de más. Muchos besotes Y gracias por aparecer. Yo también te quieroooooo

    ResponderEliminar
  4. Tu matrimonio ha sido muy parecido al mio, o viceversa. Y lo de la manipulación de los hijos es algo que nunca podré olvidar ni perdonar, con su pan se lo coma.
    El tiempo pone a todo el mundo en su sitio y a cada cerdo le espera su San Martín, o como se diga. En mi caso se han cumplido las dos y eso es algo que no es que me haga especialmente feliz ni esté más contenta, porque "aquella" persona disfruta de mi más digna indiferencia.
    Y honestamente debo reconocer que soy maligna, rencorosa y mala pero de las malas malas, con aquellas personas que, independientemente del daño que me hayan podido hacer, lo han hecho a lo que más quiero y menos culpa tienen de todo: mis hijos.
    Hoy tengo a todos mi hijos conmigo (menos a la alternativa espero que temporalmente) y el otro vive sólo,sin familia y sin amigos. Y me lleva casi 18 años y vive solo (nunca "rehizo" su vida, claro,menudo chollo tuvo conmigo), así que será de esos que se encuentre la policia cuando los vecinos digan que la escalera apesta.
    Lamento si esto es duro,suena mal, etc. pero es lo que siento y así lo digo, y no tengo ningún remordimiento por ello.
    ¡Ah!, por cierto, yo también remonté y bastante bien, lo mismo que mis hijos.
    Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Isa, simplemente nos enfrentamos a la vida de forma diferente, ni mejor ni peor, más bien lo que nos pide el cuerpo. Es duro cuando el daño se lo hacen a nuestros hijos, yo aún me llevo más de un disgusto con eso, pero intento hacer lo mejor para no dañarles yo también ¿dificil? mucho.

      Lo importante es remontar y seguir adelante, queriéndose mucho eso si.

      besos

      Eliminar
  5. Menos mal que parece que la vida pone las cosas en su sitio. Me ha emocionado lo que has escrito. Y me alegro mucho de tu entereza y corazón. Un abrazo virtual

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si Clara, poco a poco, con paciencia, las cosas se colocan o recolocan. Gracias por tus palabras.

      Un abrazo

      Eliminar
  6. Es cierto Mam, cada uno escribe su guión vital como quiere o puede y yo, que soy pasota y vital aunque parezca una contradicción, lo he escrito de una manera que no me ha ido mal. Tengo la suerte de que mis hijos son ya mayores y podemos hablar claramente de algunos escabrosos asuntos del pasado, pero muy poco,yo siempre digo que hay que mirar para alante. Y me he pasado "la vida",cuando eran más jóvenes, observándoles minuciosamente para ver cuanto les había descalabrado la tormentosa separación de sus padres y la manipulación paterna y, gracias a dios, aparentemente y hasta ahora no tienen ningún "trauma". Lo único que he hecho bueno es que jamás de los jamases (y no por falta de ganas) les he hablado mal de su padre, simplemente como no si no existiera. Y esto lo pude hacer porque yo era, afortunadamente, autosuficiente y rechacé de plano cualquier "ayuda" o pensión que, además,me hubiera llevado de juzgado en juzgado porque lo único que él quería era guerra y no se la proporcioné.
    Mis hijos, en cuanto fueron cumpliendo 18 años dejaron de tratar a su padre de motu propio, yo no dije ni pío, aunque ahora por la edad que tiene el j.d.p., en alguna reunión familiar sí que les he dicho que si lo quieren ver, que por mi ningún problema, que no quiero que me lo echen en cara algún día, pero que a mi no me impliquen en nada. Y no dijeron nada y que yo sepa, hasta la fecha no hay trato ni (espero) truco.
    Disculpa que me extienda tanto, pero fueron un montón de años de sufrimiento aunque no me arrepiento de nada. Todo sirve para algo en esta vida.
    Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto que la historia es muy parecida. Los míos son aún menores (aunque uno por poco tiempo). Nos tejen una telaraña de la que para no entrar debemos tener estrategias y tropezar y cambiar conforme vamos viendo que podemos caer en sus trampas.

      Y si, todo sirve, nos hace más fuerte, más maduras e incluso ver la vida de otra forma, al menos a mí.

      Gracias por tus comentarios y por compartir.

      besos

      Eliminar
  7. Cómo cuesta aprender a querernos nosotras mismas... y es que a veces nos enseñan a identificar ese amos con el egoísmo y nos dicen que eso es más malo que pegarle a Dios.

    Me alegro que estés tan bien mam, te lo mereces y te lo has trabajado :)

    muchos besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pena, si, nos hacen creer que es un egoísmo malo, cuando en realidad es muy necesario. Si no nos queremos a nosotras mismas ¿a quién podríamos querer? Cuanto más nos queramos más generosas seremos queriendo. Que viva ese egoísmo.

      Gracias cielo. Besos

      Eliminar
  8. Ea... que entereza, que buena gente, que buen corazón, cuanta bondad. Te mereces lo mejor y la vida, algún día, te hará un regalo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias anónimo. La vida nos regala muy a menudo, lo cierto es que gracias a los malos momentos podemos apreciar mejor cuánto hermoso tenemos. Eso hago.

      Eliminar