sábado, 20 de noviembre de 2010

Cuestión de idiosincrasia


Llevo poco más de siete años viviendo en una ciudad donde se habla “castellano” ,el castellano bien hablado y puro como dicen aquí. Viniendo de una ciudad que sin ser andaluza (antes sí) se habla andalúz, teniendo padres cada uno de un lugar diferente de España (que además jamás han hablado como yo) y con unos apellidos que me localizarían en la otra punta del país, hace que a veces me sienta realmente singular.

Por mi acento, todo el mundo me preguntaba de dónde soy, e incluso ahora después de este tiempo lo siguen haciendo (el medico, el fontanero, alguna mamá …) sin embargo tanto mis amigas de toda la vida como mi madre me dicen que ya he perdido mi acento, que me estoy volviendo muy fissssna hablando y todo por haber terminado alguna palabra completa (osease sin comerme ningún sonido) haber soltado alguna “s” o decir tres o cuatro veces el “maja” (que sí, que se me ha pegado). Está claro que ahora no tengo acento ni de aquí ni de allí.


Con el vocabulario me pasa otro tanto de lo mismo. El primer año descubrí un montón de palabras diferentes a las que usaba yo. Me vi obligada a adaptar algunas, sobre todo teniendo en cuenta que trabajo con niños pequeños a los que lié en alguna ocasión. Valga como anécdota cuando recordando a los peques que para psicomotricidad había que traer chandal y tenis,una niña me dijo:


-Mam, yo es que zapatos de pelota no tengo…



Así que adapté la palabra playeros (aunque jamás llevaría yo tenis a la playa) , acepté que los colores (lápices , ceras blandas o duras) se llamaran pinturas, llamar lapicero al lápiz de toda la vida, que las niñas se pongan quiquis y no cocos, que coman chichi y no carne, que las cosas no las tiran (aunque sea a posta) no, aquí las caen, entiendo que todo el mundo tenga bolsos en su ropa, aunque yo sólo tenga bolsillos, que el color “celeste” no exista, que las personas se sonrojan ,no se ponen coloradas, las niñas se hacen coletas y no colas de caballo, los niños no se suben en cocoletas sino en caballito , las chuches no se compran en los “carrillos” sino en los quioscos y que nadie absolutamente nadie está gordo, en todo caso están fuertes, . ¿os parece fácil? Pues os aseguro que para mí no lo ha sido. He vivido situaciones bastante absurdas por esta causa.

Mi hija me ha hecho rebuscar bolsos buscando un papel cuando en realidad estaba en un bolsillo. (cara de, lo que yo te había dicho)

Me describían a alguien como fuerte cuando yo dije, ah pues fuerte no es, un poco gordito . (cara de, pues eso te he dicho)

Un papá me dijo que si era verdad que su niño habia tirado las pinturas y yo le contesté, ¡que va ! Las pinturas no,fueron los colores. (cara de ¿tu eres tonta?)




Pero no puedo evitar (o quizás ya no quiera) soltar palabras de mi lenguaje coloquial , palabras que para mí son mucho más claras y bonitas que cualquier otra.

Así que a mi me siguen amuermando muchas cosa, aquí también hay personas malages, saborias, sosas, revenias, siesas y hasta rabuas. Sigo estando tiesa a fin de mes, me sigo rebotando con tonterías, metiendo bulla, enjaretando a los niños, achuchandoles , y por supuesto poniendome colorá, no gustandome ni mijita que me den la tabarra, quejándome de los ennortaos , pidiendo a los niños que no se meneen tanto y que paren quietos, conociendo gente apañá , apechugándo con lo que la vida me da y teniendo la guasa que se me encarte tener.

Todo eso unido a no saber decir bien la “S” y comiendome el final de las palabras hace que mis compañeras y amigas se rian a veces, otras me preguntan que quiero decir y casi siempre acaban diciendome “que hablo gracioso”.

Y ahora , después de estos años, estoy convencidisima de que yo hablo así, de que es parte de mí, que no me conocería hablando de otra manera , que no pienso adaptar ninguna palabra más y que no me importan que se sonrían ,al fín y al cabo también me sonrío yo cuando pronuncian los nombres y apellidos de los alumnos marroquíes al más puro estilo castellano.



Me acepto como soy y acepto que jamás de los jamases hablaré fisssssno.

8 comentarios:

  1. Y menos mal que no eres del pueblo donde trabajé 17 años, o dirías: payaha (con hache aspirada) chás (abreviatura de cuchás), cuchás y una forma de pronunciar que tardé tres años en hacerme con el idioma jajaja. Y eso que el pueblo lo tengo aquí al ladito. Me encanta este post. Bueno, todos los tuyos. Estaba preparando uno desde hace tiempo sobre palabras correctas, de diccionario RAE, que decíamos de manera cotidiana y se perdieron para adoptar otras que creíamos correctas porque las decía gente de Madriz, Valladoliz y otros lugares, es decir, fuera de Andalucía... asumido que teníamos que aquí somos analfabetos (y un lerele!!)

    ResponderEliminar
  2. jajaja.Candela y la de tiempo que hace que quería escribirlo ;) Es cierto que teniamos (¿tenemos?)
    asumido que somos analfabetos.
    Recuerdo cuando ibamos a alguna charla que nos daban la gente "que habla bien" y saliamos diciendo ¡cuànto sabe, que nivel! y cuando aterrizabamos nos dabamos cuenta que tampoco era nada del otro mundo.Pero cómo nos gustaba oirles jejejeje. Y es cierto que hay tantas cosas mal dichas también aqui (laismo a mansalva entre otras cosas) . Pero ¿sabes? creo que la mayor cultura se adquiere enriqueciendote de todo lo que te rodea, sin cerrarte y abriendote a palabras nuevas, eso sí, sin tener que renunciar a las tuyas porque "alguien" te las menosprecie. Al fin y al cabo eso he vivido en mi casa.

    Mil besos linda

    ResponderEliminar
  3. siempre que alguien habla como en su tierra, lo tildaban de paleta (espero que eso ya no pase), aquí en Asturias también pasó y mi madre se avergonzaba de hablar asturiano. Así que hagamos patria, no seamos fatas, ni babayas, aguantemos el cutu, que nos preste cómo falamos y que corra la sidraaaaa.

    ResponderEliminar
  4. jajajajaja siendo canaria, seseando por "naturalesa" y estando rodeada de gente de todas las partes del mundo, entiendo perfectamente lo que "dises", como ayer, que un asturiano hablaba de "tirar la goma" y nos costó un rato entender que se refería a una "tiradera", es decir, a un tirachinas.... jajjaja divertidísimo. Y todo lo que aprendo.

    un saludo

    ResponderEliminar
  5. ¿qué te puedo decir yo? si tengo tantas palabras que he adoptado simplemente "para que me entiendan" y tantas otras en las que no hago concesiones porque no me da la gana y no me apetece renunciar a esa parte de mi cultura... mejor, como dice Marcela, que corra la sidra. Al final lo "normal" es ser "diferente" ;)

    besos

    ResponderEliminar
  6. Morgana , me pasa como a tí, en mi ciudad he vivido con musulmanes, judios, hindús, inmigrantes varios y con gente de la peni venida de muchos lugares (ya sabes, la residencia y el sueldo jejejej) y siempre nos hemos amoldado, aceptado, aprendido y compartido, sin problemas. Por eso me sorprende que aquí sean algo cerrados en ese tema, creo que les queda mucho que aprender de la multiculturalidad (que bonito suena sucra para dar las gracias, o gràcies ) besotes

    ResponderEliminar
  7. Pena, al escribir el post pensaba en ti y deseaba tu comentario,imaginaba que te habría pasado algo parecido jejejejje.

    Me parece genial que " no te de la gana" hacer más concesiones, nuestra cultura forma parte de nosotras y no debemos renunciar a ella. ¿te has fijado? habeis comentado una andaluza, una asturiana, una canaria y una mexicana Y es que los blogs une más de lo que parece.

    Me encanta esta mezcla.

    Muchos besos

    ResponderEliminar
  8. Yo, ciudadana del mundo vivida en mil lugares te comprendo perfectamente, aunque me queda mi regustillo del sur y algún resto de los lugares por donde he pasado. Un mix-language que despista un "puñao"

    ResponderEliminar